En la calle Alcalá 253, la noche del debate empezó revuelta por el misterioso caso del alzador.
Los periodistas que estaban cubriendo el evento en la Academia de la Televisión observaron que en el atril de Rivera había una plataforma elevada de unos 10cms y empezaron a preguntar qué era eso y por qué estaba en el puesto de Rivera y no en el del resto de candidatos. La respuesta de la Academia fue que Ciudadanos lo había pedido para que se le vieran bien las manos porque consideran que son claves para su comunicación no verbal.
En Ciudadanos lo desmintieron, en la Academia lo volvieron a confirmar, y finalmente, después de un buen rato de mucho revuelo, ambas partes acabaron dando la misma versión: que ese alzador se había puesto ahí "de prueba" para que los candidatos lo probaran y decidieran sobre la marcha, la misma noche del debate, si querían uno igual para su atril o no. Alguien retiró el alzador en algún momento sin que nadie lo viera y ahí quedó esa extraña y confusa historia.
Mientras, en la sede, los militantes de Ciudadanos se preparaban para visualizar a su líder en una gran pantalla rodeados de atrezo naranja, catering y bebidas.
A los periodistas nos habilitaron esta vez una sala en la primera planta para que pudiéramos escuchar bien el debate (es complicado hacerlo donde los militantes porque son muy efusivos en sus reacciones).
Basándonos en sus reacciones, sus momentos favoritos fueron cuando Rivera sacó el adoquín...
Cuando anunció el I.C.B(Impuesto de Corrupción del Bipartidismo)...
Y cuando preguntó a Sánchez, sin obtener respuesta, si dimitiría en caso de que hubiera una sentencia condenatoria de los ERE.
A Ciudadanos le gusta liderar en los debates, marcar el discurso y confrontar con todos los candidatos en general y con Sánchez en particular porque es el presidente. En el anterior debate consiguieron mucha pantalla partida con Sánchez y acabaron muy contentos porque eso daba visibilidad a Rivera. Pero en este debate no lo han conseguido porque a pesar de que Sánchez sí respondía a los ataques de Casado, ignoraba las interpelaciones de Rivera.
Fuentes del partido nos aseguran que a Sánchez no le interesa entrar al debate con Rivera, ni seguirle el rollo, porque no se atreve a un cara a cara con él, que Rivera le tiene muy cogida la medida.
Aún así, ellos creen que lideraron, que, en su público, la intervención de Rivera ha funcionado muy bien y que consiguieron su objetivo: movilizar a su electorado de aquí al domingo. Están convencidos de que a partir de ahora irán subiendo y hablan de REMONTADA.
Esa es la idea principal que Rivera quiso transmitir ayer. Aseguró que sí se puede y ese espíritu de la remontada, de dar la vuelta a las encuestas, quedó plasmado en la sede con el deseo de que contagie lo que les queda de campaña.