Parar un taxi con dos dedos, la mano o los brazos. Encontrar uno libre tras mucho tiempo de espera es un subidón de adrenalina. Es uno de los pequeños placeres, del costumbrismo español, del que el Ayuntamiento de Barcelona propone prescindir.

Mercedes Vidal, concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona propone "intentar disminuir el tiempo que un taxi circula en vacío por la ciudad, que es algo que no conviene a nadie". Para conseguirlo, se prohibiría pararlos en la calle, habría que llamarlos o acudir a una de las paradas que multiplicarían por toda la ciudad.

Carlos Fernández, del sindicato de Taxis de Catalunya cree que "esta idea de muy largo plazo debe ir acompañada de mucha pedagogía porque hay que cambiar hábitos que se llevan haciendo 40 años". Dice el Ayuntamiento de Barcelona que sólo el 39% del tiempo van ocupados, el 61% restante es un gasto de tiempo y combustible.

Entre los taxistas, de Barcelona, opiniones dispares pero donde si gusta es en el Ayuntamiento de Madrid, que ven la medida interesante para aplicarla en episodios de alta contaminación. Pero ni los taxistas, ni los usuarios madrileños se entusiasman con la idea.

Además de con la contaminación externa, dice el Ayuntamiento de Barcelona, se acabaría con la interna. El mal humor que generan dentro los conductores que cada dos por tres, esquivan a quienes se juegan la vida por parar un taxi.