Se trata de uno de los datos recogidos en el estudio "Miedo y vallas: Los planteamientos de Europa para contener a las personas refugiadas", que revela que los Estados miembros de la Unión Europea han destinado más de 175 millones de euros a la construcción de 235 kilómetros de vallas en sus fronteras exteriores.
El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, ha señalado que "España ha sido el primer mal ejemplo europeo en poner en práctica medidas para reprimir la llegada de inmigrantes y refugiados, con la construcción y el refuerzo de las vallas en las fronteras de Ceuta y Melilla".
Beltrán ha explicado que allí se cometen "graves violaciones de los derechos humanos" como las "devoluciones en caliente", el uso excesivo de la fuerza por parte de la Guardia Civil con refugiados e inmigrantes o los obstáculos a los procedimientos de asilo, que han llevado a que ningún subsahariano haya podido pedir protección en las fronteras en el último año.
"Impunidad" es la palabra que define la respuesta a estos "abusos" contra los derechos humanos en Ceuta y Melilla, donde durante el año 2014 se han documentado 324 "devoluciones en caliente", expulsiones sin ningún tipo de procedimiento o garantía, desde España a Marruecos, ha subrayado el director de Amnistía Internacional.
La investigadora de la organización Virginia Álvarez, autora del informe, ha expresado su preocupación por la situación de los solicitantes de asilo, sobre todo, los sirios, que se encuentran "atrapados" en Ceuta y Melilla, donde se les aplica "de manera discriminatoria" un régimen diferente al del resto del territorio español y no tienen libertad de movimiento.
También ha denunciado la falta de condiciones adecuadas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, un espacio con capacidad para 480 personas, donde Amnistía Internacional ha encontrado 1.500 en las tres visitas que ha realizado.
Asimismo, ha lamentado la ausencia de investigaciones "rigurosas e imparciales" para castigar a los responsables de sucesos como los ocurridos el 6 de febrero de 2014 cuando hubo un intento masivo de entrada de entre 250 a 300 inmigrantes subsaharianos por la playa del Tarajal que se saldó con la muerte de quince inmigrantes subsaharianos y veintitrés "devoluciones en caliente".