A raíz del avistamiento de los inmigrantes, se ha activado el protocolo de actuación que ha motivado un importante despliegue policial tanto en el lado español como en el marroquí, en el que ha participado desde el aire un helicóptero de la Guardia Civil.

El helicóptero ha sobrevolado el perímetro por varias zonas, desde la parte más Norte hasta la zona conocida como Villa Pilar, donde se ha producido un último intento de entrada. Los accesos a la carretera de circunvalación, que discurre paralela al vallado, han sido cortados como medida de seguridad. Varios inmigrantes han conseguido superar la primera de las vallas, pero Marruecos se ha hecho cargo de ellos, y no se tiene constancia, por el momento, de que alguno haya conseguido entrar en Melilla.

El despliegue policial a ambos lados de la valla, así como la denominada malla antitrepa, que impide introducir los dedos en la verja del vallado y poder trepar, han sido las claves para evitar la entrada.

El Ministerio del Interior ordenó acelerar la instalación de la citada malla tras la entrada a Melilla de casi 500 subsaharianos el pasado 28 de mayo, al tiempo que se reforzó la presencia policial con el envío de cien agentes, que se sumaron al refuerzo que ya estaba desplegado hace semanas en la ciudad, formado por 180 miembros de los Grupos de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.

La presión migratoria sobre Melilla es constante, de manera que "en cualquier momento" se puede registrar un nuevo intento por parte de subsaharianos. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) ha rebajado la cifra de los más de 2.300 acogidos que llegó a tener, aunque el número de personas que todavía residen en esta instalación es de en torno al cuádruple de su capacidad idónea, que es de 500 plazas.