La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, tiene claro que "no, no y no" va a dimitir porque haya "unos sinvergüenzas y ladrones" cuando ella no se ha "llevado un duro" en 30 años dedicada a la política y cuando nunca ha favorecido a familiares o amigos.

"No me parece que sea el momento de abandonar el barco, cuando parece que se va a hundir", ha reiterado. En este punto, la popular ha defendido que ella ya dimitió de la primera fila política, cuando el PP tenía mayoría absoluta en el Congreso y en la Asamblea de Madrid.

Aguirre ha asumido su responsabilidad política "in eligendo e in vigilando" pero ha matizado que "no es para dimitir". Otra cosa hubiera sido si "hubiera robado" o se "hubiera enterado de que alguien robaba", pero eso no sucedió.

En este punto ha expuesto que ha nombrado en treinta años de carrera política a "centenares de personas" y que sólo dos, Francisco Granados y Alberto López Viejo, le han "salido rana". La popular ha defendido que el fallo en su elección ha sido porcentualmente muy bajo, "un 2%" de error en una vida política de 30 años y ha añadido que "fallos se pueden tener" y que "uno se puede equivocar hasta en su matrimonio".

También ha asegurado que ella no sospechaba ni sabía nada de los tejemanejes de Granados. "Es como cuando a alguien le ponen los cuernos. El cónyuge es el último que se entera", ha lanzado.