Los purificadores de aire ayudan a erradicar los contagios, y por eso se han convertido en un elemento fundamental en la lucha contra el coronavirus. Sin embargo, existe un amplio abanico de sistemas con diferencias entre ellos.
El más utilizado está siendo el ozono, capaz de eliminar las bacterias y los virus, incluido el Covid-19. Si bien, como ya apuntóla química Déborah García en Más Vale Tarde se debe utilizar con precaución ya que genera sustancias tóxicas.
También están siendo muy recurrentes los filtros HEPA, utilizados en los aviones, y que según las compañías aéreas garantizan la limpieza del aire en un 99,9%, filtrandolo de arriba abajo en cada uno de los asientos.
Otro tipo de filtros son las lámparas UV, que eliminan bacterias y virus. Si bien tienen como principal inconveniente no poder convivir con el ser humano, provocándonos severos daños en la piel y la vista.
También son efectivos los filtros de oxidación catalítica, que aplican luz ultravioleta y eliminan el virus. Además, no generan residuos químicos y sí es posible utilizarlos en presencia de los humanos.
Por último, también existen otros sistemas de filtrado de aire, como los filtros de carbón, pero únicamente se aplican en la eliminación de olores, ionizadores y precipitadores electroestáticos. No son efectivos en la eliminación del virus.