Miles de castellano-leoneses pasarán este mismo lunes a la fase 1 de la desescalada. El Ministerio de Sanidad ha autorizado el cambio de fase el 11 de mayo para las 26 de las 39 regiones sanitarias que había propuesto el Gobierno de Castilla y León.
Las áreas de salud aceptadas por el Ministerio son las siguientes:
- Una en Ávila: Muñico. La Comunidad Autónoma había propuesto también el pase de dos áreas más: Mombeltrán y San Pedro del Arroyo
- Seis de Burgos: Sedano, Valle de Losa, Pampliega, Valle de Mena, Quintanar de la Sierra y Espinosa de los Monteros. Se habían propuesto otras cuatro más: Huerta del Rey, Melgar de Fernamental, Valle de Tobalina y Valle de Valdebazana. Además, la zona básica de salud del Condado de Treviño, que pertenece a Burgos, también se incluye en la fase 1 debido a que este territorio se encuentra enclavado en la provincia de Álava, que sí está en fase 1.
- Tres de Léon: Truchas, Matallana de Torío y Riaño
- Una en Palencia: Torquemada.
- Cuatro de Salamanca: Aldeadavila de la Ribera, Lumbrales, Robleda y Miranda del Castañar. La Comunidad había propuesto otras cuatro áreas de salud más: Calzada de Valdunciel, Cantalapiedra, Fuentes de Oñoro y Matilla de los Caño
- Una en Soria: San Pedro Manrique
- Tres en Valladolid: dos en Valladolid Este (Alaejos y Esguevillas de Esgueva) y otra en Valladolid Oeste (Mayorga de Campos). Además, la Junta había propuesto también el pase de Mota del Marqués, Villafrechós y Villalón de Campos.
- Siete en Zamora: Alta Sanabria, Carbajales de Alba, Tábara, Santibáñez de Vidriales, Alcañices, Corrales del Vino y Villalpando.
Al igual que otras comunidades autónomas, Castilla y León había decidido proponer al Ministerio de Sanidad el cambio de fase mediante regiones sanitarias, y no por provincias. De este modo, de las 250 regiones sanitarias que componen la comunidad, la Comunidad estimaba que 39 reunían las condiciones solicitadas por el Ministerio, como ya había avanzado la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Sin embargo, el Gobierno solo ha acordado el pase de 26.
El "Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad" estima que la desescalada tendrá una duración de seis a ocho semanas, dos por cada fase, pero en el caso de que un territorio no pueda saltarla, deberá esperar otros 15 días, que es que es el periodo medio de la duración del virus.
Requisitos para el salto de fase
El Gobierno ha fijado dos condiciones de obligado cumplimiento: garantizar previamente que en un plazo máximo de cinco días disponen de entre 1,5 y 2 camas de UCI (el doble de la capacidad precovid) y entre 37 y 40 camas de enfermos agudos por cada 10.000 habitantes, para estar preparadas ante posibles rebrotes.
Pero también hay otros criterios que ayudarán a determinar cuándo se puede pasar a la siguiente fase o, por el contrario, es necesario retroceder. Se trata de la situación epidemiológica de la zona, donde se tendrá en cuenta el número de casos detectados, así como de pacientes hospitalizados, ingresados en UCI y fallecidos.
También se tendrá en cuenta la capacidad del sistema sanitario donde se tendrán en consideración la ocupación de camas en Cuidados Intensivos, la disponibilidad en stock de material de protección y respiradores en reserva, la capacidad de los laboratorios o el número de centros no sanitarios en disposición de ser medicalizados.
Por otra parte se estudiará la evolución de la movilidad a lo largo del proceso de desescalada, monitorizando los desplazamientos a distintos niveles, así como su relación con la transmisión de la epidemia y por último, se tendrán en cuenta indicadores socioeconómicos, donde se observarán variables como la afiliación a la Seguridad Social, ERTE y consumo de electricidad, entre otros.