Se ha cumplido la imagen que ni el Gobierno ni las víctimas querían ver, la excarcelación de los presos etarras que cumplian condena en la cárcel. Más de 20 años después de haber sido condenados por distintos delitos como asesinato, tenencia de armas  o colaboración con comandos etarras salen a la calle, una salida que se ha acelerado después de un tenso debate de más de cinco horas en la Audiencia.

El etarra Domingo Troitiño ha abandonado este viernes la prisión de Teixeiro, en A Coruña, después de que la Audiencia Nacional acordase la excarcelación de nueve etarras sin esperar al criterio del Supremo sobre la aplicación de la doctrina Parot tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo.

Domingo Troitiño, hermano de Antón Troitiño, pendiente de extradición en Londres, ha salido de este centro penitenciario con el rostro totalmente descubierto y acompañado por seis personas, que se desplazaron en un taxi y un vehículo particular. Troitiño ha cumplido 26 años en prisión y tenía previsto salir en 2018.

El mismo Troitiño, condenado por el atentado de Hipercor en Barcelona, ha dicho a los reporteros gráficos "ya está", una vez captaron su imagen, mientras que sus acompañantes han pedido a los informadores que busquen otra profesión más digna, con distintos mensajes en este sentido.

Otros etarras que han salido del centro penitenciario de Zuera son Jokin Mirena Sancho y Luis María Azcargorta.

Jokin Minera Sancho había condenado a más de 156 años de cárcel por varios atentados, entre ellos el asesinato en 1983 de Jesús Blanco Cereceda, jefe de comunicaciones del aeropuerto de Noain en Pamplona, y el del policía nacional Diego Torrente Reverte en 1984.

Por su parte, Luis María Azcargorta había sido condenado a más de treinta años de cárcel por el atentado con una bomba-lapa cometido por el comando Araba en 1985 en Vitoria en un vehículo de un policía nacional Félix Gallego Salman, que falleció.

Por otro lado, también ha salido de la prisión de la localidad vizcaína de Basauri el miembro de ETA Patxi Gómez López. Fue detenido en 1989 y condenado por pertenencia a banda armada, tenencia de explosivos e intento de asesinato.

En 2009, el Tribunal Supremo revocó su libertad provisional y amplió su estancia en prisión otros diez años en aplicación de la doctrina Parot, que implica que la reducción de pena por beneficios penitenciarios se aplica al total de las condenas impuestas, y no al máximo legal de 30 años.

Otros dos etarras que ya están en la calle son Jokin Mirena Sancho y Luis María Azcargorta. Han salido del centro penitenciario de Zuera.

Jokin Minera Sancho había condenado a más de 156 años de cárcel por varios atentados, entre ellos el asesinato en 1983 de Jesús Blanco Cereceda, jefe de comunicaciones del aeropuerto de Noain en Pamplona, y el del policía nacional Diego Torrente Reverte en 1984.

Por su parte, Luis María Azcargorta había sido condenado a más de treinta años de cárcel por el atentado con una bomba-lapa cometido por el comando Araba en 1985 en Vitoria en un vehículo de un policía nacional Félix Gallego Salman, que falleció.