Su confesión en Salvados puso punto y final a seis años de silencio. Zaida Cantera hacía público lo que ya había declarado en el juicio contra su acosador. "Me tocaba el brazo, la pierna, yo por más que me apartaba, no era posible", confesaba Zaida.
Una agresión que el teniente coronel Lezcano Mújica siempre negó. "Esta señora me ha cogido entre ojo y ojo y me ha hundido la vida, me ha arruinado la vida", explicaba en el juicio. Desde la tribuna de invitados, Zaida asistía el pasado miércoles en el Congreso a la petición de dimisión del ministro de Defensa.
"En efecto, no hizo nada y pido que cese inmediatamente en su cargo", denunció la diputada de UPyD, Irene Lozano. Una solicitud que no causó más que enfrentamientos y reproches. Morenés atacó a la diputada y afirmó: "Le pido que deje de manchar la imagen de las Fuerzas Armadas en su búsqueda de autopromoción en la venta de un libro".
Y con un gesto de silencio, mandaba callar en el Congreso, lo que provocaba aun más tensión en la cámara. El propio ministro justificaba así no haberse reunido con la militar acosada: "Yo no podía recibir a Zaida Cantera porque forma parte del proceso administrativo".
Tras escuchar varias voces críticas como la de Carme Chacón que exigía de Morenes "pida disculpas a la comandante Cantera, es lo mínimo", finalmente pedía disculpas. "Lo siento, lo siento enormemente aunque algunas personas no lo crean, lo siento", expresaba Morenés en la "Cadena SER".
Y anunciaba un protocolo contra los abusos sexuales en las Fuerzas Armadas. Una medida insuficiente para el marido de Zaida Cantera. "Estoy enfadado porque considero que no se van a depurar responsabilidades", explica.
Algo que comparte el exministro de Defensa José Bono, que explicó: "Lo que podría hacer Morenés, lo que yo haría, es que todo el que haya participado en ese acoso laboral, se le caiga el pelo". Para evitar que se repitan más casos como el de Zaida Cantera.