En Palafrugell, Girona, esperan a Montserrat Serra, pero las familias piden tiempo, lo necesitan para recuperar la normalidad. El padre de la joven, que no ha podido viajar a recibir a su hija por motivos de salud, ha afirmado que la ve "muy delgada y debilucha", y que "necesitan hacerle unas pruebas. Puede tardar una semana o tres días, me da lo mismo. El caso es que esté bien de salud".
“Bienvenida a casa Mone”, es el cálido recibimiento con el que el pueblo de Palafrugell, en Girona, espera la llegada inminente de Monserrat Serra. La misma frase se repite en la web del Instituto de Secundaria Pedro de la Escala, el centro educativo en el que la cooperante daba clases de tecnología. Hasta en las barracas del pueblo, ahora en fiestas, esperan a la cooperante con los brazos abiertos.
Todos sus vecinos contemplaron el viernes emocionados las imágenes de su paisana pisando por primera vez suelo español después de 644 días de cautiverio, el secuestro más largo sufrido por cooperantes españoles.
Una imagen muy distinta a la de aquélla joven que hace dos años lo dejó todo para ayudar a los que más lo necesitan.