Si no hubiera restricciones por el COVID-19, todos los habitantes de Soria cabrían, holgadamente, en el Camp Nou. No es una forma de hablar: según los últimos datos del INE, del mes de julio, la provincia más despoblada de España tiene 89.041 habitantes, unos 10.000 menos de los que caben en el estadio del F.C. Barcelona.
89.041 sorianos y sorianas que se reparten en 10.306 kilómetros cuadrados, lo que da lugar a la densidad de población más baja de todo el país: 8,64 habitantes por kilómetro cuadrado. La media española es de 93,5 y, según la definición aportada por la investigadora María Pilar Burillo Cuadrado ante el Senado, un territorio se considera 'desierto demográfico' por debajo de 10.
No obstante, la realidad es que la mayor parte de la población soriana (39.695 personas, a 1 de enero de 2021) se concentra en la capital, mientras que más de un centenar de sus municipios tienen menos de 100 habitantes. Seis de ellos ni siquiera llegan a los 10 vecinos empadronados, según el INE.
Son pueblos como La Quiñonería, con sus ocho habitantes, o Valdeprado, que tan solo tiene seis. En estas localidades, la densidad de población ronda los 0,2 habitantes por kilómetro cuadrado, valores próximos a los que se registran en Siberia.
La lucha de un pueblo por recuperar su farmacia
Pero, más allá de las cifras,la despoblación tiene consecuencias muy reales en la vida cotidiana de los vecinos de esta parte de la llamada 'España vaciada', también en términos de acceso a los servicios más básicos.
Es lo que denuncian los vecinos de Villar del Río, un pueblo de 154 habitantes que lleva casi cuatro años sin farmacia: desde que el farmacéutico se marchó a Madrid en marzo de 2018, la más cercana está a unos 13 kilómetros, en San Pedro Manrique, localidad que también es su punto de referencia para atención médica. Si allí está cerrada, no les queda otra que recorrer los 50 kilómetros que les separan de Soria capital o desplazarse hasta La Rioja.
Una situación que, según denuncia Nieves Orte, de la plataforma ciudadana que reclama la reapertura de la farmacia, supone un enorme problema para una población "eminentemente mayor" y "sin facilidad para desplazarse" -en una zona, además, con "carreteras complicadas" e inviernos duros-, a la hora de acceder a "un derecho básico", como es el acceso a los medicamentos y la atención sanitaria.
"No tenemos farmacia, los consultorios están cerrados... Si hay un problema urgente, ¿a quién acudes?", se pregunta Orte, que denuncia "una situación de abandono total y absoluto" ante una emergencia: "A veces no hay ni teléfono para poder llamar, Internet funciona fatal", destaca. "Puede darse el caso de situaciones urgentes que no puedan ser atendidas porque no hay nadie", advierte esta ciudadana.
No tenemos farmacia, los consultorios están cerrados... Si hay un problema urgente, ¿a quién acudes?"
Villar del Río lleva años en pie de guerra para recuperar su farmacia, pero el proceso se ha ido dilatando en el tiempo pese a las promesas de las sucesivas Administraciones. Entretanto, los vecinos se han ido apañando "como han podido", con un botiquín que el farmacéutico de San Pedro rellena tres veces en semana. Si alguien necesita una medicación específica, tiene que llamarle por teléfono.
"Hay gente dispuesta a venir a cubrir esta oficina de farmacia", apunta no obstante Orte. Por eso, desde la plataforma reclaman una fecha límite para que la plaza salga a concurso.
"Es imprescindible para tener un servicio básico muy importante y necesario para esta zona, en la que hay una población muy envejecida y sin medios de transporte ni comunicación", resume Orte, que destaca que esta farmacia abastecía a unos 25 pueblos de Tierras Altas. Una comarca "con una población muy escasa y muy dispersa". "Pero por eso no tenemos que quedarnos sin servicios básicos", zanja.
Problemas para sacar dinero o conectarse a Internet
Según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Soria, la provincia cuenta con un total de 63 farmacias registradas, de las cuales 14 están en Soria capital, lo que deja 49 para atender a los restantes 182 municipios, en los que viven casi 50.000 personas.
Incluso algo tan elemental como acudir a un cajero automático para sacar dinero puede complicarse si resides en una zona despoblada: según un informe recogido el año pasado por el Banco de España, el 12,9% de la población de Soria vive en alguno de sus 150 municipios sin puntos de acceso al efectivo. Es decir, 11.443 personas que tienen que desplazarse a otro pueblo para sacar dinero.
Pero la despoblación ahonda también la brecha digital y las dificultades de acceso a Internet, tal y como revelan los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que dan fe de una cobertura muy desigual a lo largo del territorio y particularmente reducida en las zonas más despobladas:
Unas elecciones con la España vaciada como protagonista
Para Nieves Orte, existe "una evidente falta de voluntad política y falta de compromiso por parte de las Administraciones para proporcionar servicios básicos al medio rural y la población más necesitada y desfavorecida". "Se hartan de hablar de despoblación", lamenta, y añade: "Son ellos los que están propiciando que esto se produzca al no poner los medios y servicios necesarios para que la gente no se vaya".
Una opinión que comparten muchos ciudadanos, a juzgar por los últimos pronósticos del CIS, que en vísperas de las elecciones en Castilla y León otorga entre dos y tres escaños a Soria Ya, ante unos comicios marcados por la mayor presencia de candidaturas localistas y de la España vaciada. Una España vaciada que podría tener la llave del futuro Ejecutivo autonómico y, quizá, mayor poder para que se atiendan finalmente sus reivindicaciones.