En una entrevista en el diario El País, Felipe González recuerda que "ambos" partidos han sido derrotados en las elecciones del 20-D y defiende "un proyecto reformista que supere el inmovilismo practicado durante estos años por Mariano Rajoy y el liquidacionismo que pretende Podemos".
El político socialista denuncia en la entrevista la "irresponsabilidad" de Rajoy al renunciar a formar Gobierno así como el no permitir que lo pueda intentar otro dirigente popular. Sobre la posible coalición de PP, PSOE y Ciudadanos, González es muy crítico y no la desea "de ninguna manera" ya que le parece "una propuesta que nace de un fracaso y que no se plantean la gobernalidad de España en el medio plazo. Aún así le parece "indiscutible" que el PSOE debe de dialogar con el PP aunque "otra cosa es que haya o no margen para acordar cosas".
Para González estaría lleno de riesgos un pacto entre el PSOE y Podemos porque en su opinión esta formación pretende "liquidar el marco democrático de convivencia y, de paso, a los socialistas". Califica la actitud de Podemos de "arrogante" y dice que es un partido que quiere liquidar y no reformar, además de denunciar que plantean "con disimulo" la autodeterminación algo que contradice "un proyecto para España como espacio público que comparten 46 millones de ciudadanos".
Del PP dice que "no ha sido capaz de leer el resultado como lo que es: una derrota" ya que ha perdido casi 60 diputados y "está siendo rechazado por los demás partidos" lo que demuestra que "la mayoría del Parlamento es muy crítica con la gestión del Gobierno y su comportamiento en estos años".
El expresidente se pregunta también si el PSOE ha sabido interpretar el resultado electoral ya que su secretario general Pedro Sánchez celebró el resultado del 20-D valorándolo de "histórico". A González le encantaría que existiera una mayoría progresista y reformista en el parlamento porque es la opción que prefiere para España aunque no cree que exista y se muestra preocupado por el juego partidista con respecto al Rey porque "nadie tiene derecho a decirle al Jefe del Estado que ni acepta ni se retira, como ha hecho Rajoy".
Demanda altura de miras para entender lo que han reclamado los electores que exigen "diálogo y acuerdos" y muestra la necesidad de recomponer las fracturas en la cohesión social de los políticos que se han hecho en la crisis. Opina el político socialista que el sistema democrático español necesita reformas y cambios regeneracionistas y afirma que "vivimos una especie de final de ciclo, sin que se abra paso un proyecto reformista imprescindible para España".
El expresidente achaca a la crisis financiera y sus consecuencias el aumento de la sensación de que hacen falta cambios y afirma que los ciudadanos siguen viendo que las desigualdades no se corrigen. "La sensación de agotamiento aumenta con la serie permanente de casos de corrupción, tanto los que están llegando a la justicia como los que aparecen sin cesar", señala. Felipe González denuncia que la UE "se ha equivocado en el enfoque de esta crisis" y considera que España es cada vez menos relevante en las decisiones de la Unión.