En total, 25 minutos de discurso para la historia, 3.000 palabras entre las que destacan las siguientes, repetidas al principio y al final: "Monarquía renovada para un tiempo nuevo".
Felipe VI ha citado a 'El Quijote': 'No es un hombre más que otro si no hace más que otro'
Nueva monarquía, pero monarquía al fin y al cabo, en palabras de Felipe VI, "símbolo de la unidad y permanencia del Estado". Símbolo para el que el nuevo rey impone reforzar un pilar: "Una conducta honestas, íntegra y transparente".
Quiere Felipe VI recuperar la conexión con la ciudadanía, en especial con las víctimas de la crisis, "tenemos con ellos el deber moral para revertir esta situación y el deber de ofrecer protección a los más vulnerables".
El nuevo monarca hace un llamamiento a la unidad con matices, "unidad que no es uniformidad", un guiño a los nacionalistas que sienten que no hay encaje posible con España, "cabemos todos, caben todos los sentimientos y sensibilidades", ha dicho.
A los retos que plantean el paro y el nacionalismo añade el rey un tercero: "Que todos los ciudadanos recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones". En definitiva, mucho trabajo por hacer, por lo que Felipe IV pone deberes a los políticos.
Tras las líneas maestras, los homenajes, hacia su padre, hacia su madre, hacia las víctimas del terrorismo, "que sufrieron por defender la libertad".
Felipe VI se ha despedido parafraseando al Quijote, afirmando que "no es un hombre más que otro si no hace más que otro" y arrojando un mensaje optimista, "somos una gran nación, creamos y confiemos en ello". Los retos más difícil comienzan ahora.