El fiscal jefe del Tribunal de Cuentas, Miguel Angel Torres, detalla en su informe final hasta un total de diez partidas, tales como el registro de la web para la votación, adquisición de material o campaña de publicidad del 9-N, con las que se ocasionó un perjuicio de 4.995.918 millones de euros a los caudales públicos.
Por ello pide que se indemnice a la Generalitat con casi el total de esa cuantía, además del Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) con 20.214 euros; al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) con 28.915 euros y al Estado con 11.785 euros.
En su desglose de partidas atribuye un gasto de 74,05 euros para el registro de una web institucional; 163.953 euros para la fabricación del material que se empleó en la consulta; 2.800.000 euros para la adquisición de ordenadores utilizados en las mesas de votación y 806.000 euros en campaña de publicidad.
Respecto a este punto el informe recoge que la primera factura asociada a este gasto, de 11.785 euros, fue satisfecha mediante transferencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) del Gobierno, bajo el concepto de 'ICO', provocando un "quebranto" a los fondos públicos estatales.
El escrito recoge además el desvió de 1.409.000 euros para la ampliación del contrato de seguro para incluir a los voluntarios que participaron en la consulta; 727,600 euros para elaborar el soporte necesario; 307.962 euros dedicados al envío de información; 144.244 euros para el centro de prensa y dos contratos para el diseño y producción de campaña por importes de 21.767 euros cada uno.
El fiscal sitúa tanto a Mas como a otros miembros de su equipo de gobierno en la dirección de la planificación de la consulta y añade que todos ellos trataron "por todos los medios" de dificultar las acciones que pudiera llevar a cabo el Ejecutivo central dirigidas a evitarla, pese a que era "muy evidente" que sabían que estaba suspendida por el Tribunal Constitucional.