Granados tenía muy claro para qué se metía en política, por "vocación", pero según la Guardia Civil, su verdadera vocación era la de hacer negocio, y es que su carrera y sus ahorros en el extranjero empezaron a la vez, justo cuando fue elegido alcalde de Valdemoro.
Sólo 16 días después de acceder a la alcaldía, Granados decidió abrirse una cuenta en Suiza. La Guardia Civil relata en su informe cómo desde ese momento diseña junto a los constructores uno de los mayores pelotazos urbanísticos de España, con una cuantía de más de 700 millones de euros de plusvalías.
Un regalo del político a sus amigos constructores, que tuvo recompensa, ya que según la UCO, Granados fue nutriendo su cuenta oculta en Suiza gracias a comisiones.
Sin embargo, no solo se quedó ahí. Los constructores amigos se esforzaban en tener contento a Granados porque era el que les daba de comer, así que lo invitaban a hoteles de lujo para disfrutar de la feria de abril y sus corridas de toros. Unas escapadas que amenizaban incluso con prostitutas de confianza.
Los negocios del político con sus amigos constructores llegaron incluso al otro lado del Atlántico, donde intentaron conseguir contratos de asesoría política en Panamá y Costa Rica. Allí, además, movieron seis millones de euros desde Suiza.