El complicado tablero catalán requería la intervención de una pieza decisiva. Arrogándose el papel de mediador, Francisco Nicolás tenía muy claro para qué se necesitaban sus servicios: "Para desestabilizar a ERC". Sabía con precisión cómo conseguirlo, y buscó por todos los medios contactar con Cristóbal Martell, abogado de los Pujol, quien iba a servirle para llegar al clan. Sólo necesitaba alguien al que utilizar de punta de lanza para vender su versión.

Lo encontró en Juan Munguira, alto cargo de la CNMV que contactó a Martell: "Cristóbal, soy Juan Munguira, asesor internacional de la CNMV. No me conoces, te llamo por amigos comunes de Canarias. Necesito verte por un tema urgente. Estoy por viajar a USA y tendría que ser mañana". El abogado de los Pujol acepta ese encuentro., en el que junto a Munguira aparece un chaval de 20 años vendiéndose como mediador de Moncloa.

Según 'La Vanguardia', en días sucesivos conseguirá reunirse gracias a la mediación del empresario Javier de la Rosa con Oriol Pujol. A todos les trasladó la misma petición: "A cambio de información sensible sobre Esquerra, él conseguiría aflojar la tenaza judicial que ahoga a los Pujol".

Y como muestra, un acto de buena fe: "¿Has visto Cristóbal que bien ha ido? ¿No? Ninguna medida cautelar, ya te dije que quería bajar la presión". Así se jactaba Francisco Nicolás de que Jordi Pujol hijo hubiera salido indemne de su cita con el juez Ruz en la Audiencia Nacional.

Ante Oriol se presentó como el salvador de su hermano: "Has visto ¿no? Lo que te había anticipado. La vice quiere bajar la tensión, no se han impuesto medidas cautelares contra tu hermano". Oriol Pujol se sorprendió en las reuniones de que Moncloa le entregara semejantes tareas a un chaval de 20 años y no entró en su juego.

Ese chico de 20 años llegó incluso a pedirle a Martell dinero por su trabajo de agente secreto. Porque, según decía, estos trabajos del CNI no salen gratis.