El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, defiende a capa y espada su reforma de la ley de aborto. En dos entrevistas concedidas a los diarios ABC y La Razón, el ministro asegura sentirse satisfecho con un texto que para él supone uno de los grandes logros de la legislatura.

"Es el proyecto más progresista que ha hecho el Gobierno y creo que va a abrir un debate en toda la Unión Europea", afirma orgulloso, mientras presume de tener el respaldo del presidente del Gobierno.

Gallardón lo tiene claro y advierte: el Gobierno no cambiará los principios que inspiran la ley ni tampoco los supuestos en los que el aborto será legal. El ministro responde así a las voces discordantes que crecen en el seno de su propio partido.

A la pregunta de si tendría un hijo con graves anomalías, Gallardón afirma que "tendría un hijo con malformaciones graves, sin dudarlo. Es una convicción personal". Por eso el supuesto de malformación no tendrá cabida en su ley por mucha polémica que genere.

Una ley de supuestos que no quieren ni pesos pesados del PP como Cristina Cifuentes. A todas esas voces críticas, el ministro Gallardón les ha recordado que su propuesta iba en el programa electoral del partido. "Cualquier miembro del partido que aceptase ocupar un cargo electo o de responsabilidad no puede decir ahora que tenía reserva mental sobre alguna de las partes del programa electoral".