Un plan integral de consumo saludable es el objetivo que se ha marcado el Ministerio de Alberto Garzón para esta legislatura. El ministro de Consumo ha confirmado este viernes su intención de impulsar una nueva normativa de consumo saludable, seguro y sostenible que incluirá, entre otras medidas, la implantación de un sistema de etiquetado frontal sobre la calidad nutricional de los alimentos y aumentar la fiscalidad en los productos menos saludables, pero no ha especificado cómo.
El ministro ha defendido que está demostrado que el etiquetado frontal ayuda a las familias a la hora de elegir alimentos más sanos en los países que ya lo han implantado, como por ejemplo Chile, Francia o Portugal. "Queremos seguir las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud y poner en marcha un sistema de etiquetado frontal que incorpore la información nutricional para ayudar en la toma de decisiones de consumo saludable", ha asegurado.
El Gabinete de Garzón ha comenzado a estudiar "con rigor las ventajas e inconvenientes" de los diferentes modelos de etiquetado "para ver cuál sería el más adecuado para implantar en España", según ha explicado en su comparecencia en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, donde ha presentado las líneas generales en las que trabajará su departamento en esta legislatura.
Garzón ha destacado la "enorme preocupación" que tiene el Gobierno con el aumento de los malos hábitos alimentarios entre la población y, especialmente, entre los más jóvenes. Y es que, tal y como ha señalado, la obesidad y el sobrepeso, enfermedades derivadas de una mala alimentación, reducen hasta 10 años la esperanza de vida y provocan un gasto en el sistema sanitario de hasta el 7%.
Modelos de etiquetado
Garzón apuesta por un etiquetado interpretativo de la calidad nutricional de los alimentos, pero existen distintos tipos de modelos. En países como Suecia, Noruega, Dinamarca, Islandia o Lituania utilizan el denominado Keyhole, un símbolo de cerradura que identifica opciones más saludables dentro de una categoría.
Este modelo adopta límites variados para diferentes constituyentes (azúcares, grasas totales, grasas saturadas, sodio y fibras alimentarias), conforme a la categoría del alimento.
Mientras que Francia adoptó el conocido como sistema Nutri-Score, un ranking con letras y colores que identifica el nivel de saludabilidad del alimento y en Chile funciona el etiquetado "Alto en", que consiste en unos símbolos octogonales negros con letras blancas que indica el alto contenido de calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
Subida de impuestos
Asimismo, el plan de Garzón pasa por la implantación medidas relacionadas con la fiscalidad, con el fin de incentivar el consumo de productos saludables y, por ende, desincentivar el de aquellos "con cierta nocividad" para la salud. No obstante, Garzón ha destacado la importancia de hacer un "buen modelo fiscal" para que no haya "externalizaciones negativas".
Otros de los ejes en los que va a pivotar el nuevo plan serán la regulación de la publicidad dirigida a los menores, y la puesta en marcha de campañas de formación e información para que los ciudadanos sean "conscientes" de los riesgos y costes que tiene consumir productos no saludables.
En la lucha contra la obesidad infantil el Gobierno, como ya lo anunció Illa este jueves, va a aprobar también un Plan contra la Obesidad Infantil, que contará con la participación de los ministerios de Consumo y Agricultura, y que se basará en la limitación de la publicidad sobre alimentos y bebidas poco saludables dirigidas a los menores, y en garantizar los requisitos de calidad nutricional y sostenibilidad de los servicios de restauración de los centros educativos, sanitarios o residencias de mayores.