El coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha vuelto a cargar contra las macrogranjas, a las que considera "un modelo perverso". Además, ha denominado al presidente castellano leonés, Alfonso Fernández Mañueco, "el candidato de las macrogranjas".
En un discurso ante la coordinadora federal de IU, pronunciado desde casa porque sigue confinado tras dar positivo en coronavirus, Garzón ha acusado al candidato del PP de protagonizar una campaña de "mentiras y falsedades" calcada a las estrategias internacionales de la extrema derecha para desgastar al adversario y que no se hable de los problemas de una tierra en la que los populares gobiernan desde hace más de treinta años.
La despoblación, ha asegurado, está vinculada a la falta de oportunidades laborales y de servicios públicos, de médicos, escuelas, infraestructuras y actividades productivas sostenibles.
Y la solución, a su juicio, no pueden ser las macrogranjas, "un modelo industrial absolutamente perverso" por su impacto ecológico; por razones sociales, ya que los pequeños municipios colindantes ven afectada la calidad del agua y del suelo y los olores no permiten atraer turismo; y por razones económicas, pues son "la principal amenaza de la ganadería tradicional, extensiva y familiar".
Garzón ha acusado a los populares de apostar por ese modelo en contra de los intereses de la inmensa mayoría de los habitantes de esos municipios castellanoleoneses y ha denunciado su "huida hacia adelante con mentiras y falsedades". "Creo que al PP le va a salir mal esta estrategia", ha vaticinado.
En su discurso, el líder de IU ha situado la lucha contra el cambio climático entre los principales retos y se ha felicitado por la victoria de la izquierda en Chile. En contraste, ha lamentado las malas perspectivas que tiene ante las elecciones francesas, al presentarse dividida.
Ha elogiado en este contexto el trabajo de la izquierda española para, "con dificultades", ensamblar dentro de Unidas Podemos a actores con culturas políticas muy distintas, desde comunistas a verdes. "Es una virtud, una posición muy sólida que nos permite hablar desde la diversidad de las izquierdas y desde la riqueza que implica el dialogo", ha manifestado.