El objetivo principal de los registros era buscar pruebas de lo que al juez De la Mata le parece cada vez más evidente: que los Pujol funcionaban como una organización criminal.
Y aunque Jordi hijo era quien movía el dinero, en la cúspide de la organización estarían el matrimonio de Jordi Pujol padre y Marta Ferrusola. Así lo apuntan distintos indicios. El primero, una cuenta en Andorra abierta en el año 2000 con un ingreso de casi dos millones de euros de origen desconocido.
El titular de la cuenta era Jordi junior, pero el mismo día que la abrió, según el juez, firmó un documento en el que reconocía que el verdadero dueño de los fondos es su padre, entonces aún presidente de la Generalitat.
En un segundo documento, manuscrito y firmado por el patriarca, se confirma que el dinero es suyo y que si le pasa algo a él, debe pasar a manos de su mujer.
La matriarca también es señalada en el auto. El juez indica que hay indicios de que ella ordenaba operaciones y disponía de fondos de la familia. Algo que negó en la comisión de investigación del Parlament.
Cuando en 2014 la familia decide regularizar parte del dinero que tenía fuera, sólo ella y Jordi hijo deciden seguir ocultándose. Especialmente ella: "En el caso de Marta Ferrusola, alcanzó todavía un nivel más de opacidad (...) de modo que desapareció de cualquier documento bancario". De donde no consiguió desaparecer es de la lupa del juez José de la Mata.