Francisco Granados ha presumido a menudo de tener las manos limpias, pero la sombra de la corrupción casi siempre le ha acompañado por su estrecha relación con importantes constructores.

A David Marjaliza, también detenido en la 'operación Púnica', le compró y luego revendió un chalet en Marbella por 200.000 euros. Un año después, y cuando supuestamente  el inmueble ya no era de su propiedad, el popular compró los muebles de la cocina.

Marjaliza fue presidente local de NNGG del PP, concejal de Valdemoro y amigo de juventud de Granados. Su nombre se repite una y otra vez en las adjudicaciones otorgadas por el Ayuntamiento de Valdemoro. También en la factura que 'Método 3' emitió por un espionaje en 2006 al actual presidente de la Comunidad de Madrid, puesto que también aspiraba a ocupar Granados.

Pero sin duda uno de sus capítulos más sonados fue el relacionado con el incendio del coche del exnúmero dos de Esperanza Aguirre. Un vehículo que, se descubrió, estaba a nombre de otra constructora que habitualmente también trabajaba con el consistorio. La misma que construyó una mansión de 1000 metros cuadrados, que Granados ordenó levantar pero cuya compra nunca llegó a materializarse.