Los investigadores del sumario de la Púnica apuntan a que en la lectura de la agenda de Granados se cumple con el refrán castellano que reza "Quien parte y reparte se queda la mejor parte". Todo ello en alusión a que el propio Granados se llevaba una buena parte de las donaciones que conseguía para el partido.
Aseguran, además, que siguió trabajando como recaudador hasta 2014 aún estando fuera del Partido Popular en Madrid porque era él quien mantenía una relación de confianza con los donantes y su concurso en estas operaciones era clave para que las donaciones llegaran a buen puerto.