El jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil, Pablo Salas, ha alertado del cambio en las dinámicas del terrorismo yihadista y de una modificación en la forma de actuar que incrementa su capacidad transfronteriza, como han demostrado los últimos atentados en Kenia, contra estudiantes universitarios, y en París.
El alto mando de la Guardia Civil ha destacado los "preocupantes procesos de radicalización" y ha abogado por estudiar las causas que llevan a esa conducta y la transformación de una persona capaz de "inmolarse para matar a seres humanos".
Ha recalcado que las posibles amenazas de este tipo de terrorismo a España proceden de manera diferenciada de Oriente Medio y el Sahel y el Cuerno de África, a lo que se suma la actuación de radicales retornados y de "lobos solitarios", personas que sin formar parte de ningún grupo terrorista actúan con sus medios según las consignas de siglas como Estado Islámico o Al Qaeda.
Salas ha abogado por no alarmarse "en exceso", pero tomar medidas para evitar los efectos de este terrorismo en España, y ha recordado las palabras del primer ministro francés, Manuel Valls, tras los atentados de París, cuando dijo que "la cuestión no es saber si habrá un nuevo atentado, sino cuándo y dónde".
Ha apuntado además el "riesgo potencial" que padece España por su cercanía a territorios con alta actividad terrorista y ha reconocido: "La debilidad de nuestros vecinos se torna en peligro para España".
El jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil ha subrayado que a la "fragmentación ideológica" y las disputas entre Estados Islámico y Al Qaeda por firmar la actuación más contundente se suman los grupos que nacen de enfrentamientos o inestabilidades locales y ha diferenciado entre los atentados que buscan desestabilizar un país y los que intentan un daño mayor, como el reciente de Túnez en el que murieron una veintena de turistas.
Salas ha detallado que en España, las amenazas vienen de Al Qaeda y Estado Islámico, pero también por pequeñas organizaciones locales, individuos aislados y "los que actúan en su nombre" y ha recordado las amenazas de estos grupos para recuperar Al-Ándalus.
Ha asegurado sin embargo que el nivel de alerta en España no es alto, aunque ha reconocido la radicalización de ciertos sectores musulmanes y ha detallado que un centenar de españoles se ha desplazado a Siria o Irak para hacer la yihad.