Además, en caso de acceder a la vicepresidencia del BCE, Guindos tendría derecho a complementos salariales por residencia, hijos y educación, en función de sus circunstancias individuales, según lo dispuesto en las Condiciones de Contratación del Personal del Banco Central Europeo.
Los salarios abonados por el BCE están sujetos a tributación a la Unión Europea y a deducciones por aportaciones al plan de pensiones y a los seguros médico y de accidentes, explica el BCE, mientras que los complementos salariales no están sujetos a tributación y no computan a efecto de pensiones.
En caso de resultar elegido como nuevo vicepresidente del BCE, Guindos asumiría el cargo a partir del próximo 1 de junio, por lo que el español sería acreedor al pago de siete mensualidades, lo que equivaldría a unos 200.000 euros brutos tomando como referencia las retribuciones abonadas por el BCE a sus ejecutivos en 2016.
El vicepresidente del BCE es el segundo directivo mejor pagado de la institución, solo por detrás del presidente, Mario Draghi, quien en 2016 cobró un salario básico de 389.760 euros. Los sueldos del resto de miembros del directorio del BCE que permanecieron un año completo en el cargo (Peter Praet, Benoît Coeuré, Yves Mersch y Sabine Lautenschläger) alcanzaron en 2016 los 277.896 euros anuales.
Por su parte, los miembros del BCE empleados en el Consejo del Mecanismo Unico de Supervisión (MUS), exceptuando a Sabine Lautenschläger, recibieron en conjunto 631.254 euros en el tercer año de vida del organismo, de los que 277.896 correspondieron al salario de su presidenta, Danièle Nouy.