La Dirección General de la Guardia Civil ha cumplido con la orden de la Audiencia Nacional de restituir al teniente coronel Antonio Tejero Díez, que fue cesado por celebrar el golpe del 23F con una comida en el cuartel de Valedemoro (Madrid) a la que acudió su padre, aunque le cambia de destino.
Fuentes del instituto armado han dicho que Antonio Tejero tendrá de momento un nuevo destino en comisión de servicio en la Subdirección General de Apoyo Logístico, en cumplimiento de la orden de la Audiencia Nacional, una medida cautelar mientras se resuelve el recurso presentado por el teniente coronel ante su cese.
Según informó el Ministerio de Interior al acordar el cese, Tejero Díez celebró el pasado mes de febrero "un almuerzo no autorizado en su acuartelamiento con diversas personas implicadas en el intento de golpe de Estado", para conmemorar supuestamente el 33 aniversario del 23F.
El Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo número 6 de la Audiencia Nacional ha adoptado la decisión de dicha restitución en un auto y lo hace como medida cautelar mientras resuelve sobre el fondo de la demanda interpuesta contra su cese, que fue acordado el pasado 17 de marzo por el Ministerio del Interior.
Evaluando los intereses en conflicto, el juez entiende que procede acordar la medida cautelar que reclamaba Tejero porque de lo contrario "se producirían perjuicios irreparables en caso de que finalmente prosperase el recurso de Tejero, que fue cesado como jefe del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número 1 de Madrid, ubicado en Valdemoro.
El juez no se pronuncia sobre el fondo del recurso aunque adelanta que "prima facie" tiene apariencia de buen derecho y añade que la ley no asigna al Ministro del Interior la competencia para revocar un destino que fue conferido por resolución del director de la Guardia Civil, "siendo a esta última autoridad a quien se reserva dicha facultad de revocación de los destinos de libre designación concedidos por ella.
Según el auto, es al director de la guardia civil a quien se reserva dicha facultad de revocación de los destinos de libre designación concedidos por ella, "a la que precisamente se elevó la propuesta de revocación que el teniente general jefe del mando de operaciones formula", por lo que es el que nombra el que luego tiene competencia para cesar.
En su recurso, el teniente coronel alegaba los perjuicios personales y familiares derivados de su cese y de un cambio de destino, que el mismo tenía que comportar, ya que "con toda probabilidad supone un traslado de ciudad, y este traslado supone el de toda la unidad familiar", además de conllevar una disminución en sus emolumentos en unos 1.500 euros.
Asimismo, señalaba que con la revocación del destino perdería el derecho a permanecer en el pabellón oficial que ocupa actualmente, lo que le obligaría al pago de un alquiler en un momento en que se han visto disminuidas sus retribuciones.
Argumentaba además, para la petición de la medida cautelar, que si finalmente la Justicia era favorable a sus pretensiones se produciría un daño a terceros por lo que si se le reponía en su puesto hasta la resolución del recurso "se seguiría el curso normal de anuncio de vacantes y no se crearía perjuicio alguno ni a la administración, puesto que el puesto sigue cubierto, ni a un tercero, toda vez que no se han producido traslados innecesarios".
A esta alegaciones, el juez responde que "algunos de estos perjuicios serían de difícil reversibilidad" porque si bien la pérdida de retribuciones "sería fácilmente resarcible en el caso de obtener una sentencia estimatoria del recurso, otros no pueden calificarse así, como acontecería al tener que asignársele otro destino y la pérdida del pabellón oficial que ocupa".
A la citada comida -una paella- organizada por Antonio Tejero Díez asistieron dos condenados por el golpe del 23F: su padre y el exguardia civil Jesús Muñecas Aguilar, conocido como el Capitán Muñecas, al que la Audiencia Nacional ha rechazado recientemente extraditar a Argentina por torturas en el franquismo.