Según recomiendan la costumbre piadosa y el 'Ritual de exequias' de los católicos, estas oraciones se producen cuando la familia solicita el acompañamiento de un sacerdote para despedir a un ser querido.
Así lo explicó el director del Secretariado de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el sacerdote Luis García Gutiérrez, quien indicó que en el momento en que se saquen los restos del dictador del Valle de los Caídos debería estar presente algún cura.
"Seguro que en este caso lo hay, porque está la comunidad de monjes benedictinos y se hará alguna oración. Aunque son todo suposiciones”, comentó el experto, en referencia a la comunidad que dirige el padre Santiago Cantera, responsable de los oficios religiosos en la Basílica de la Santa Cruz del Valle, donde se enterró a Franco en 1975.
En su explicación, el liturgista subrayó, no obstante, que “para la exhumación de un cadáver no hay ningún rito católico” al haber transcurrido más de 40 años desde su muerte.
“La liturgia no prevé la exhumación de un cadáver, porque propiamente la liturgia llega hasta el momento de la inhumación”, señaló.
Lo que sí es “costumbre piadosa” en los fieles, “especialmente en los cementerios que son de propiedad de la Iglesia”, previa comunicación al párroco, como responsable del cementerio, es que un sacerdote acompañe en ese momento.
Además, las oraciones de exequias que se pronuncian en los entierros “siempre insisten” en “que el difunto sea acogido por Dios en el cielo, que sean perdonados sus pecados y el consuelo de los familiares”.
Son las indicaciones que “aparecen constantemente” en el 'Ritual de exequias', el libro litúrgico para las defunciones de los católicos, que ahora se podría aplicar al nuevo enterramiento de los restos de Francisco Franco, tras la exhumación que tiene prevista el Gobierno.
Bendición y oraciones
“Como los restos de Franco van a ser sepultados en otro sitio, ahí sí, de nuevo, siempre si la familia lo solicita, se hace ya como el rito de la inhumación: con la bendición del sepulcro y las oraciones normales correspondientes a un funeral”, informó.
“El Código de Derecho Canónico sostiene que el sepulcro de los cristianos ha de ser bendecido, como principio general”, resaltó el sacerdote.
Así, este dice que "allí donde un cementerio es católico, se bendice el cementerio en su conjunto; allí donde la titularidad no es católica, y destina un lugar para el enterramiento de los cristianos, entonces se bendice esa zona; y, luego, según el código, si ni siquiera existe esa zona, se bendice tumba por tumba cuando se va a utilizar. Este es el principio general”.
“A partir de ese principio general en este caso se haría como se hace siempre. Se va al cementerio, se bendice el sepulcro y se hace una oración, un responso, una palabra de Dios, unas peticiones. Y, en síntesis, litúrgicamente, los católicos no tenemos el rito de la exhumación”, resumió.
Cuando Franco sea enterrado en el Cementerio de Mingorrubio del Pardo en Madrid, junto a su esposa, Carmen Polo, la tumba ya ocupada por otros restos “se puede bendecir”, aunque “no es necesario”.
Eso sí, “por elegancia y educación”, el párroco responsable de asistir religiosamente el cementerio de destino recibiría la petición del sacerdote de confianza que eligiese la familia para acompañar a los restos del dictador en su nuevo enterramiento.
Se suele comunicar al párroco responsable de ese cementerio, aunque “no hay ningún problema desde el punto de vista legal”.
“Es decir, no es como el matrimonio, pues cuando un sacerdote va a oficiar un matrimonio en una parroquia que no es suya, si no tiene el permiso del párroco es matrimonio nulo. En este caso no hay problema, porque el muerto ya no es sujeto de nada, no tiene derechos ni deberes”, concluyó el experto en liturgia de la Conferencia Episcopal.