El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una entrevista en 'Cadena Ser', ha explicado la razón por la que en el plan para Navidad se incluye la posibilidad de viajar entre los días23 de diciembre y 6 de enero a visitar a "allegados", además de familiares. Un término que ha resultado polémico por su ambigüedad.
"Puedes buscar muchas piernas al gato, pero lo que queremos es que nadie esté solo después de confinamientos tan duros", ha explicado, insistiendo, no obstante, en que "cuantos menos nos juntemos y nos movamos mejor".
Así, ha recordado que "han sido meses muy duros" y se puede entender que "quieras estar con alguna persona con la que no tengas afinidad familiar pero no quieras que pase sola la Navidad". "Esto es lo que hemos querido permitir", ha recalcado. Por eso, a quienes por esta vía pretendan saltarse la normativa, les critica por "hacerlo muy mal".
En este sentido, el ministro ha afirmado que "no puede haber un policía en cada casa", por lo que "el control social deberá producirse, para que entre todos consigamos que se cumplan las medidas".
Illa también ha explicado en esta entrevista cómo va a pasar la Navidad. Viajará a Barcelona, donde vive, y se juntara "como máximo con cinco" personas, su mujer, su hija y sus padres, que acaban de superar el coronavirus. con su familia. Como ministro, dice, "tengo que cumplir a rajatabla y lo hago convencido", ha afirmado.
Para estas fechas, como ya ha hecho en reiteradas ocasiones, el ministro ha pedido que "hagamos un último esfuerzo porque la vacuna está a la vuelta de la esquina".
Su relación con la oposición
Durante estos meses de pandemia, Illa reconoce que ha llegado a enfadarse con la oposición "porque no se puede banalizar". "Se puede no estar de acuerdo y pensar que se necesitan medidas más o menos restrictivas, pero no se puede banalizar", ha aseverado.
Me hubiese gustado más altura de Estado"
Dice, que esta es una de esas circunstancias en las que considera "que se tiene que estar unido". "Me hubiese gustado más altura de Estado. He intentado a ir a resolver esto de la mejor manera posible, pero cuanto más unidos mejor".
Así, ha explicado que tiene una buena relación con Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid, aunque señala que "hubo un encontronazo en septiembre porque la situación en Madrid no estaba bien". Así la ha explicado: "Ellos eran partidarios de tomar medidas más graduales y nosotros entendimos que tenían que ser mas contundentes. Veíamos que estaba mal el asunto".
Sobre la vacuna
Sobre la vacuna contra el coronavirus, Illa ha confesando que le molestó mucho queel CEO de Pfizer"se casque el bonus el día que anunciaron la vacuna. Será legal, pero no es correcto", haciendo referencia a la venta de más del 60% de sus acciones para ganar mucho dinero.
En España, ha considerado que "la industria farmacéutica tenía problemas reputacionales, en muchos casos ganado a pulso, y en esta pandemia he visto que han estado a la altura". Aun así, ha reivindicado que la "preminencia de lo público" en el proceso de la vacuna es clave.
Además, el ministro ha avanzado que se darán las vacunas que sobren a los países que lo necesiten. "Tendremos casi el doble de las que necesitamos, veremos si se necesitan más o si será necesario una tercera dosis, pero las que nos sobren irán para quien las necesite".
La mascarilla podría quedarse
"La mascarilla igual no desparece de golpe y en algunos entornos las usaremos", ha indicado Illa, eso sí, según lo que aconsejen los expertos.
Por ejemplo, ha dicho, al ir a un centro médico. "Ahora ya a nadie le resultará raro, tiene sus ventajas", ha reconocido.