En soledad, volcado en la lectura y la escritura, y practicando deportes. Así pasa los díasIñaki Urdangarin. Este 18 de junio se cumple un año de su ingreso en prisión por el 'caso Nóos'. Y ahí en la cárcel de Brieva espera a diciembre para cumplir una cuarta parte de la condena y poder solicitar permisos de salida. Fue sentenciado a 5 años y 10 meses.
De su vida en la cárcel, poco ha trascendido. Fuentes penitenciarias confirman a laSexta que físicamente está bien, que tiene una bicicleta estática y que dedica tiempo a correr. En total, unas cinco horas al día las dedica al deporte. También lee y escribe mucho.
Hasta diciembre no podrá solicitar permisos de salida; fue condenado a 5 años y 10 meses por el 'caso Nóos'.
Ningún otro hombre está recluido en esa prisión, situada a pocos kilómetros de Ávila. Sí hay mujeres, pero con ellas no mantiene contacto. Solo conversa con los funcionarios y recibe las visitas que le corresponden como cualquier otro preso en las cárceles dependientes de la administración central.
Segundo grado
Urdangarin está clasificado en segundo grado, el régimen ordinario de la mayoría de los presos. En agosto, la Junta de Tratamiento de la prisión tendrá que reclasificarle, pero con casi toda probabilidad, según fuentes penitenciarias, se le mantendrá en esa misma situación. Podría acceder al tercer grado -régimen abierto- si así lo decidiera la Junta de Tratamiento en algunas de las revisiones que se realizan cada seis meses.
Dispone de una tarjeta telefónica con la que puede llamar a 10 números previamente autorizados durante la semana. Respecto a las comunicaciones extraordinarias en el locutorio, el interno dispone de dos a la semana de 20 minutos cada una.
Solo conversa con los funcionarios y tiene derecho a un encuentro familiar sin mamparas cada 30 días.
También tiene derecho a un vis a vis al mes, de entre 1 y 3 horas de duración, así como a un encuentro familiar sin mamparas, también cada treinta días y por igual tiempo. Otro tipo de encuentros que los internos pueden mantener en la cárcel es el llamado de convivencia que, con una duración de entre 3 y 6 horas, está destinado a familias con hijos de hasta 10 años. En el caso de Urdangarin, no puede disfrutar de él porque su hija menor ya tiene 14 años.