Nunca hasta ahora se ha oído tan clara su voz, la del rey Juan Carlos, aunque sea interpretada por el único periodista que ha podido entrevistarle tras su abdicación. Entre lo que ha contado, también muchos sentimientos como el que le ha causado el gran escándalo de su yerno Urdangarin y de su hija la infanta Cristina.
En palabras de Ónega, "para el rey Juan Carlos ha sido un duro golpe por desconocimiento, engaño y desobediencia". Desobediencia porque el propio rey Juan Carlos mandó dos emisarios de su confianza a EEUU para que hablaran con ellos con una misión muy clara: decir que era necesario que la infanta renunciara a sus derechos dinásticos. Fue hace tres años y la infanta respondió "tomo nota".
Una total ignorancia de su autoridad que duele a su padre, que se ve obligado de acuerdo con Felipe VI, a tomar la dura decisión de empezar a distanciarla de la familia.
Ónega hace un retrato del hombre detrás de la institución, alguien con los pies en la tierra capaz de aceptar, por ejemplo, la pujanza de Pablo Iglesias y de Podemos. Una persona que, según el periodista, ha ido mucho más allá de los escándalos y de los patinazos del final de su reinado.
JUAN CARLOS DICE SENTIRSE DOLIDO