Solo días antes de la detención de su detención, Francisco Granados asistió a misa en el municipio abulense de Higuera de las Dueñas. Como hacía con frecuencia, pasó el fin de semana en una finca que tenía a las afueras del pueblo.
Una propiedad a nombre de una de las empresas de Marjaliza, pero que, concluyen los investigadores, pertenecía al menos en parte, al exnúmero 3 de Aguirre. "La finca apareció en unas fotos guardadas en unos discos duros y en conversaciones", explica Óscar López Fonseca, periodista.
En total, consta de siete parcelas, según recoge el sumario, en las que Granados fue retratado junto a los principales acusados de la trama.
La finca tiene más de 83 hectáreas que, según la Guardia Civil, eran usadas como "lugar de recreo" por el cerebro de la Púnica y sus socios. Allí fue visto por unos higuereños que todavía recuerdan las estancias del también exsenador. "Aquí se le veía montando el quad, yendo a misa, con caballos", explica Pedro Andrino, exconcejal de IU en Higuera de las Dueñas.
Un refugio de presunta corrupción cuyo terreno está valorado en casi un millón de euros, que se suma a los más de 30 millones que Granados ha ocultado a través de testaferros.