El Ministro del Interior se defiende de las acusaciones de la comisaria europea: dice que no hay relación demostrada entre las pelotas de goma y la muerte de 15 subsaharianos. Fernández Díaz se ha molestado con las palabras de Cecilia Malstrom: dice que España no necesita lecciones de nadie sobre inmigración. El lunes se van a reunir. No sabemos si le dirá exactamente eso. 

El 3 de marzo, Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior y Cecilia Malmström, comisaria europea de Interior, se reunirán. Lo harán después de que Malmström haya relacionado directamente las muertes de los inmigrantes en Ceuta con el uso de pelotas de goma.

Jorge Fernández Díaz ha respondido, "con toda la información de que disponemos, no se ha acreditado en absoluto que hubiera una relación causa-efecto entre la actuación de la Guardia civil y el trágico fallecimiento de estas personas". 

Detrás de las declaraciones de la Comisaria, asegura el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, está la "mano negra" de la izquierda, "me parece de una irresponsabilidad y de un desconocimiento sublime y hay que decirlo por muy comisaria que sea esta señora". 

La oposición aplaude que se sigan dando pasos para investigar la tragedia de Ceuta. El diputado de IU, Gaspar LLamazares afirma que se está "ante una cuestión de responsabilidad política y muy probablemente de responsabilidad penal".

Además, la defensora del pueblo, Soledad Becerril, también se ha pronunciado, expresa que "no ha sido prudente" el uso de pelotas de goma.

Los más duros, la red de asociaciones de Africanos, dicen que es normal que Europa se asombre. En palabras de Antumi Toasije, presidente de la Liga Panafricana, "no vamos a detenernos hasta que los responsables de estas muertes estén en la cárcel". Mamadou Agne, presidente de la Asociación de Senegaleses en España, "se trata de una violación flagrante de los derechos humanos".

Por eso la comisaria europea aseguró que podría tomar medidas contra España. Fuentes de la Comisión aseguran que se podría abrir un proceso de infracción. Incluso llevarlo al tribunal Europeo de Justicia o en última instancia, una sanción económica. Aunque eso, dicen, es altamente improbable.