Las autoridades francesas volverán a utilizar los helicópteros desde la base de Seyne-les-Alpes para llegar a la escarpada montaña donde se estrelló el aparato, provocando la muerte de sus 150 ocupantes. La prioridad será buscar la segunda caja negra, para poder avanzar en la investigación, después de que la primera, hallada pocas horas después de la catástrofe, revelara que el copiloto pudo causar el accidente de forma deliberada.
Los especialistas y forenses seguirán rescatando de la montaña los restos mortales de los ocupantes, que están siendo trasladados hasta un centro de campaña montado en Seyne-les-Alpes para su identificación. En ese sentido, las autoridades francesas tomaron muestras de ADN a los familiares de las víctimas que ayer se trasladaron hasta la falda alpina en la que perecieron sus allegados.
El portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henri Brandet, aseguró que la repatriación de los mismos a sus países, esencialmente a Alemania y España, de donde procedían la mayor parte de los pasajeros, no se hará hasta que se hayan recogido la totalidad de los restos y se haya procedido a las identificaciones.
La región alpina cercana a la zona del accidente acoge todavía a familias de las víctimas, algunas que decidieron permanecer en el lugar tras los actos oficiales que tuvieron lugar la víspera y otras que siguen llegando.
Registro de la vivienda del copiloto, Andreas Lubitz
La policía alemana concluyó ayer por la noche tras varias horas el registro de la vivienda del copiloto de Germanwings Andreas Lubitz en Düsseldorf y la casa que compartía con sus padres en la localidad de Montabaur, en la investigación abierta tras la tragedia aérea en los Alpes franceses.
Los agentes, según imágenes facilitadas por los medios locales, han abandonado con bolsas y cajas las dos viviendas de Lubitz, sospechoso de haber estrellado el martes de forma deliberada el avión de Germanwings con otras 149 personas a bordo.
Los registros fueron ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la fiscalía de Düsseldorf, que ha explicado en un comunicado que su objetivo es reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión.
También ha señalado que el análisis de las posibles pruebas llevará "algún tiempo", pero ha garantizado que informará sin demora a los familiares de las víctimas y a la opinión pública de cualquier novedad esencial en la investigación. La Fiscalía de Düsseldorf ha asumido la instrucción del caso en todo el país, dado que una parte importante de las víctimas de nacionalidad alemana residían en Renania del Norte-Westfalia, estado federado del que esa ciudad es la capital.