En menos de 24 horas, José Antonio Viera cambia de estrategia. El exconsejero de Empleo seguirá como diputado en el Congreso, pero ya no como socialista, sino adscrito al Grupo Mixto.
Viera mantiene así su aforamiento, y el Supremo como escenario para ser juzgado. Sobre él no solo recae las acusaciones de prevaricación y de malversación, penada con hasta ochos años de cárcel.
Así lo expone el juez Barreiro en su auto, el mismo en el que tira por tierra las explicaciones dadas por Griñán y Chaves: "Ni se ha conocido, ni se ha mantenido, ni se ha impulsado ninguna ilegalidad".
Las califica de absurdos e inexplicables. Según el magistrado, los dos expresidentes conocían el sistema ilegal de ayudas: "Resultaría incoherente una especie de cortafuegos que impidiera la comunicación".
Podemos aprovecha la imputación de los socialistas para cargar también contra Ciudadanos. Íñigo Errejón cree que "nadie debería dar a los viejos partidos cheques en blanco. El auto finiquita la carrera de dos históricos socialistas, que podrían ser condenados a 10 años de inhabilitación.