El nuevo número tres del PP ha desayunado ha desayunado tranquilo con Pablo Casado y Javier Maroto. Dice que lo suyo es una imputación puramente política, "hay una denuncia política para hacer daño" y asegura que los hechos por los que está imputado salvaron Caja España: "Esto no es como las 'black' , decisiones como esta consiguieron salvar Caja España". Además, trata de marcar distancia con escándalos de corrupción en otras cajas.
Sin embargo, los peritos del Banco de España no dicen eso. Hasta dos veces avisaron del riesgo que suponía tener 80 millones de euros en créditos a empresas de Santos Llamas, el constructor que entonces presidía Caja España. Una situación que, según la denuncia, provocó un agujero de 60 millones de euros a la entidad.
Francisco Guarido, alcalde de Zamora, explica que "eran préstamos políticos que no se hubiesen dado a cualquier otra persona". Martínez Maíllo participó en la decisión de conceder esos créditos y en su refinanciación cuando Llamas no pudo pagar. Según el Banco de España, esta refinanciación se aprobó en contra de toda lógica.
En el PP retuercen las palabras para decir que no está imputado. "Hay que diferenciar la imputación por un delito de una situación procesal por la que declaras ante el juez", ha afirmado Casado. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León afirma lo contrario.