El juez incide en que el comportamiento de la infanta podría constituir un supuesto de "cooperación necesaria" o "complicidad" en los delitos supuestamente cometidos.

En el auto de 19 páginas en el que ha citado a declarar como imputada a la Infanta, el juez José Castro señala que no despejar en la instrucción del caso la duda de si conocía la aplicación que hacía Urdangarin de su presencia como vocal en el Instituto Nóos y en la empresa Aizoon SL, sería "un cierre en falso en descrédito de la máxima de que la Justicia es igual para todos".

El juez Castro señala en el auto que sería un error que "la incógnita se perpetúe"

El juez Castro señala que dejar que esa "incógnita se perpetúe" sería, además, una contradicción con la práctica cotidiana de los juzgados y tribunales. 

El juez detalla en su escrito catorce indicios que hacen dudar de si la Infanta conocía el uso de su presencia como vocal en Nóos y de su participación al 50% con su marido en la inmobiliaria Aizóon, que proceden de la declaración del exsocio de Urdangarin, Diego Torres, de los numerosos correos electrónicos aportados a la causa y tras escuchar la versión dada por el secretario de las infantas, Carlos García Revenga.

Añade que si bien esos indicios por sí solos y considerados de forma aislada carecen de "peso suficiente para sustentar una imputación" de la infanta y no constituyen "indicios racionales" de que "interviniera activa y decididamente" en la gestión cotidiana de Nóos y Aizoon, sí indican que "bastaba con que prestara su consentimiento a que su parentesco con S.M. el rey fuera utilizado".