El juez Castro toma declaración este lunes a Mario Sorribas y Robert Cockx, presuntos testaferros del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, así como al empresario valenciano Miguel Zorío, todos ellos en calidad de imputados, mientras que están citados hasta un total de doce testigos entre este lunes y el miércoles.
Cockx fue el supuesto hombre de paja de Urdangarin en Suiza, a raíz de la mediación que habría llevado a cabo con la empresa Inversiones Financieras Aguas de Valencia (AGVAL) en favor del duque, para que éste pudiese cobrar 375.000 euros por servicios de búsqueda de inversores que finalmente no fructificaron.
De hecho, la Fiscalía apunta a que el marido de la infanta Cristina cobró finalmente 140.000 euros en una cuenta corriente domiciliada en el país suizo por los supuestos servicios para AGVAL, por los que inicialmente pactó percibir 125.000 euros trimestrales junto a su colaborador José María Treviño a pesar de que finalmente los trabajos no se llevaron a cabo.
En la declaración que ya prestó como imputado ante la Fiscalía, Cockx aseguró que en su trayectoria como impulsor de nuevas empresas para terceros clientes ha evitado tratar "con políticos y criminales", asegurando no conocer a Urdangarin como tampoco al colaborador de éste, José María Treviño.
También está emplazado a declarar Mario Sorribas, que ejerció de apoderado del duque y quien recientemente ha aportado a la causa más de una cincuentena de emails que atestiguan que el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, era "el jefe" de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS), considerada por los investigadores sucesora del Instituto Nóos y que, según postulan, fue presuntamente utilizada para desviar dinero al extranjero.