El juez Velasco ha ordenado prisión sin fianza para el exconsejero madrileño Francisco Granados por haber utilizado la 'trama Púnica' de corrupción en beneficio propio, así como para su amigo David Marjaliza, considerado por el magistrado como la "cabeza" de un entramado empresarial "núcleo" de la red.

Granados ha comparecido durante unas dos horas ante el juez y ha afirmado que nunca tuvo negocios en común con Marjaliza, quién se ha negado a declarar. El magistrado imputa al político los delitos de blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal, contra la Hacienda pública, tráfico de influencias, cohecho, malversación, prevaricación y fraude.

El juez reseña en su auto de prisión que Granados es titular de "algunas de las cuentas" en un banco suizo de las que las autoridades helvéticas han informado de que existe sospecha de blanqueo de capitales "agravado". Añade que hay indicios de que, a lo largo de su carrera pública, Granados podría haber beneficiado a Marjaliza y otros empresarios, como el imputado José Luis Huerta, en materia de contratación pública y urbanismo.

Velasco apunta que el exconsejero formó parte "de una red de tráfico de influencias que utilizó también en beneficio propio", e identifica diversas operaciones inmobiliarias que podrían haber constituido una contraprestación recibida de aquellos empresarios por los contratos públicos de los que fueron adjudicatarios gracias a su mediación.

A Marjaliza le sitúa como la "cabeza de un amplio entramado empresarial, núcleo de una organización criminal, cuya actividad está vinculada a actuaciones administrativas". Este empresario amigo de Granados se aprovechó presuntamente, según el juez, de sus "amplias relaciones personales y políticas para lograr las adjudicaciones irregulares tanto para sus propias empresas como para terceros, recibiendo una comisión por su actuación".