El franquismos condenó a Miguel Hernández con dos juicios sumarísimos. Los mismos que el PP y Vox se han negado a anular. Procesos que no tuvieron ningún tipo de rigor y, por supuesto, ningún tipo de garantía. El tribunal lo acusó de "propaganda revolucionara" y de "haberse afiliado al Partido Comunista". Por supuesto, Miguel Hernández no pudo tener una defensa digna, ni siquiera le escucharon.

Terminó en la cárcel y sus propios compañeros le pidieron que renegase de la República, sin embargo, se mantuvo firme y nunca capituló. Fue fiel a sus ideas hasta que murió. La realidad es que el fascismo lo mató por abandono, ya que no lo trató de la tuberculosis que padecía. Murió a los 31 años, en 2024 se cumplen 82 años.