Según afirmó hace tan solo un mes, José Antonio Griñán, tenía intención de agotar la legislatura hasta el 2016. Así lo dijo ante los medios de comunicación, sin embargo, entonces todavía no se había resuelto la cuestión de las primarias en el PSOE andaluz. 

Ahora con la sucesión atada, se marcha. Y el anuncio se produce en pleno apogeo del caso de los ERE. Aún así, Griñán ha sentenciado que "no hay razones jurídicas" para imputarle. Sin embargo, este jueves hay un testimonio clave. Hablará ante la juez el que fuera interventor general de la Junta de Andalucía entre los años 2000 y 2010, Manuel Gómez Martínez.

Gómez Martínez asegura haber advertido de irregularidades hasta en 15 ocasiones, no obstante, Griñán lo niega, "ningún informe del interventor se elevó al Consejero de Economía y Hacienda, que entonces era yo", ha explicado. 

Aunque después de la imputación de Magdalena Álvarez el cerco parece estrecharse. Se baraja que Griñán pase a ser ahora senador y así mantendría sus privilegios de aforado. Él ha dicho que todavía tiene que hablarlo con el partido. 

De 2004 a 2009 Chávez fue Consejero de Economía y Hacienda en Andalucía, después Chávez le ascendió a presidente de la Junta. Eran tiempos de abrazos que, más adelante, se fueron enfriando. Las distancias de Griñán con los veteranos de la dirección nacional se intuyeron en el Congreso de Sevilla. 

Entonces, a pesar de que Griñán reconocía ser neutral, en su entorno más cercano apostaba sin fisuras por Chacón. En este contexto, Griñán salió adelante como presidente del PSOE y consiguió mantener el Gobierno de Andalucía. Todo, a pesar de haber perdido las elecciones. Ahora con tres años por delante de legislatura, dice adiós.