Hace 40 años, el mapa autonómico era muy distinto: la región de León estaba formada por las provincias de León, Zamora y Salamanca y formaban parte de Castilla la Vieja. "Hubo problemas en algunos sitios, por ejemplo en las dos Castillas. Primero León y luego Segovia no querían entrar en Castilla, lo que se llamó luego Castilla y León", explica el expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina.
En 1978, mientras muchos ciudadanos pedían el nacimiento de la actual comunidad autónoma, otros se manifestaban por la autonomía de León.
En el terreno político, uno de los grandes defensores de las posturas leonesistas fue Alianza Popular, que llegó a recurrir ante el Tribunal Constitucional para impedir la unión con Castilla.
Las reivindicaciones de los leonesistas cayeron en saco roto: en 1983, Castilla y León fue una realidad. Su impulsor fue Rodolfo Martín Villa, diputado de UCD. Su intención era tener una comunidad fuerte frente a Cataluña o el País Vasco.
Un año después, 90.000 personas se manifestaron por la autonomía de León. En la cabecera estaba el exalcalde Juan Moreno, quien formó parte de Alianza Popular. Entonces le acompañaron en la marcha muchos socialistas, pero nada cambió
40 años después, el debate vuelve a ponerse encima de la mesa y el Ayuntamiento de León ha aprobado una moción a favor de la autonomía de la Región. Sin embargo, hoy la posición del PP ha cambiado mucho y denuncia las "aventuras territoriales" de los socialistas.