Miguel Ángel Fernández Ordóñez tenía clara la repercusión mundial de la quiebra de Lehman Brothers. "Esos 15 días que han cambiado al mundo, han cambiado radicalmente el escenario y lo que hemos hecho es reaccionar", explicaba.
Entre esas reacciones y justo dos semanas después de la caída de la entidad, la aprobación de un sistema de indemnizaciones para los directivos del Banco de España por el que se iban con 45 días por año trabajado aunque lo hicieran de forma voluntaria. Una decisión que UGT considera ilegal. "Vamos a llevarlo a la Fiscalía para que se hagan las investigaciones correspondientes", explica Sebastián Moreno, responsable del sector financiero de UGT.
El directivo en cuestión también recibía una compensación por no ejercer cargos relacionados con el sector durante un tiempo. Acuerdos que tomó la comisión ejecutiva del Banco de forma confidencial y de los que los trabajadores, indignados, no tenían ni idea.
Al exgobernador, que durante su mandato apostó por el abaratamiento del despido: "Que los costes del despido recaigan sobre el sector privado introduce distorsiones". Y la moderación salarial: "Que el proceso de moderación salarial se afiance".
La puesta en práctica de estos acuerdos le supuso embolsarse en total cerca de 350.000 euros tras su cese en 2012.