De blanco, con el rostro oculto tras una bufanda, unas gafas de sol y un gorro, Manuel González, el 'loco del chándal', abandonaba la prisión de Brians.
Queda libre en contra de los informes psicológicos que dicen que hay un alto riesgo de que reincida porque sufre un trastorno por sadismo sexual.
En la prisión no ha querido someterse a ningún tratamiento. El juez se reunía ayer con esas víctimas en la audiencia de Barcelona.
Quería avisarlas de que su agresor salía a la calle, porque ellas lo recuerdan como llegó al juicio en 1997. Durante dos años el 'loco del chandal' sembró el pánico en el metro de Barcelona.
Atacaba a sus víctimas por la espalda y les clavaba objetos punzantes en los genitales. Una de ellas, María del Carmen Díaz, se desangró y murió.
Las otras 16 viven desde entonces aterrorizadas. Sólo tener a su agresor entre rejas las calmaba un poco. Pero su condena de 169 años de cárcel se ha quedado reducida a 16.
La sentencia de Estrasburgo que anula la 'Doctrina Parot' le ha hecho libre. Así que González, que sufre parafilia sádica, vuelve a ser el temor de estas mujeres.