Desde que el Congreso y el Senado echaron a andar han pasado más dos meses donde diputados y senadores, pese a tener un Gobierno en funciones, han acudido a sus puestos de trabajo.

La Cámara baja vivió varios días de intensa actividad ante la fallida investidura de Mariano Rajoy, pero en el Senado, todo lo contrario.

El primer pleno se celebró el día su constitución, 19 de julio, y hasta el martes 27 de septiembre no se celebró el segundo. Con lo que durante más de dos meses de legislatura, solo ha habido 11 días de reuniones en la Cámara alta.

"En estos dos meses aproximadamente nos ha costado 1,2 millones o 1,3 millones de euros cada mes, es decir, habrá sido como unos dos millones de euros lo que han cobrado en sueldos", explica la periodista Inés calderón.

Sueldos que desde una petición en change.org piden retirar a los parlamentarios hasta que no haya gobierno, aunque no hay mecanismos legales para hacerlo.

"Jurídicamente es inviable, ellos son diputados desde que recogieron su acta con lo cual están perfectamente legitimados para cobrar a partir de ese día hasta que las Cortes se disuelvan", apunta Inés Calderón.

El problema, según los expertos, la desafección política. Y aunque legislativo y ejecutivo son poderes separados, el hartazgo político hace que cada vez más se cuestione el papel actual de sus señorías.