El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos, ha explicado en la Comisión de Economía del Congreso que el frustrado nombramiento del exministro de Industria José Manuel Soria para el cargo de director ejecutivo del Banco Mundial fue una designación "carácter discrecional" pero en "ningún caso" un nombramiento "político".
Así lo ha señalado durante su comparecencia en la Comisión de Economía de la Cámara Baja para hablar del déficit y dar cuenta del 'caso Soria'. Guindos ha indicado que este tipo de designaciones en organismos financieros internacionales son de "carácter discrecional", pero ha insistido en que "no se trata en ningún caso de nombramientos político", sino que hay un proceso de concurrencia en el que se valora el mayor conocimiento y experiencia a desarrollar en estas instituciones.
Además, ha apuntado que la propuesta de candidatos "compete al secretario de Estado de Economía", al ser éste quien tiene asignada la competencia en distintos foros financieros, según establece la normativa en vigor. "Son designaciones de naturaleza técnica, no requieren ser elevadas al Consejo de Ministros, ni la intervención alguna del Gobierno", ha apostillado.
El titular de Economía en funciones, quien ha defendido que el Ejecutivo ha actuado con "prudencia" durante el proceso, ha recordado que el puesto de director ejecutivo en el Banco Mundial ha sido siempre ocupado por un funcionario y este "tradicionalmente" ha sido siempre un técnico comercial y economista del Estado. "En los últimos 30 años no ha ocupado ese puesto nadie que no perteneciera a ese cuerpo de funcionarios desde 1986", ha agregado.
"Esta es una historia que acaba en una no designación. Desde el punto de vista técnico, la designación de Soria resultaba adecuada. El proceso goza de concurrencia y transparencia.
Las candidaturas están sometidas a una comisión de evaluación. El candidato cumplía con los criterios técnicos y no ostentaba cargo de naturaleza política.
No obstante, pese a que Soria abandonó cargos políticos hace cinco meses, las circunstancias de su dimisión ha llevado a que su nombramiento tuviera dimensiones políticas y mediáticas. Eso lleva al Gobierno a pedirle inmediatamente su renuncia, que comunica el 6 de septiembre", ha explicado.