Dos años le ha costado subir estas escaleras, el señor Iglesias se dirigía al resto de señorías con un ojo mirando al exterior porque también quería dirigirse "a la gente que sigue este debate por los medios de comunicación".

Para ellos tenía listo todo un ramillete de referencias musicales, sin olvidarse de recomendaciones literarias, del glosado de figuras revolucionarias como el Subcomandante Marcos y del uso de iconografías gestuales.

Puntos de fuga para un discurso trufado de ataques. Ha habido golpes para el PP, para Ciudadanos y en especial para el "Ciudadano Rivera": "usted representa la peor de las tradiciones políticas españolas, la que no tiene más idea que su cercanía con el poder".

Y para el partido con el que se supone quiere llegar a un entendimiento: "su partido fue también el partido del crimen de Estado". Tras este rapapolvo, Iglesias ha querido dar una lección de cortesía parlamentaria y ha asegurado que les "sorprendió ver los abucheos que había desde esta bancada de señores elegantes", causando hilaridad en la bancada socialista.

Que luego veía como el líder de Podemos volvía a la carga, "Felipe González, sí el que tiene el pasado manchado de cal viva", ha dicho Iglesias, a lo que Sánchez le ha respondido asegurando que se siente "muy orgulloso de Felipe González".

Ahí llegaba la explosión sonora que Errejón trataba de aplacar sin éxito. Provocando que Iglesias buscara ayuda en la mesa pidiendo el "amparo" del presidente de la cámara para "poder terminar la intervención". El primer día como parlamentario de Iglesias terminaba con abrupto punto final.