El ministro Margallo llegaba a Bruselas predispuesto a romper el hielo con su homólogo británico. Preguntado por los periodistas ha adelantado que tenía previsto preguntarle "qué tal le han ido sus vacaciones" y decirle que espera verle pronto para hablar "sobre estas cosas" que tienen en común.
Pero el ministro de exteriores británico no estaba dispuesto a recoger el guante y ha vuelto a la carga, "creemos que los controles son desproporcionados y tienen una motivación política, nadie debería subestimar nuestra determinación para apoyar a la gente de Gibraltar".
Así que el encuentro al final ha resultado efímero. Apenas un saludo entre ambos en el que no ha dado tiempo ni a abordar la crisis de Gibraltar, ni siquiera a concretar una futura cita. Por lo que, de momento, queda todo tal y como estaba.
García Margallo ha afirmado que "el Gobierno está adoptando medidas adicionales, medidas más intensas porque la relación de confianza con las autoridades de Gibraltar se ha roto". Además, ha añadido que "en el momento en el que la relación de confianza se restablezca, es más que probable que podamos disminuir los esfuerzos".
Como la confianza no se restablece serán observadores europeos quienes vengan a pronunciarse sobre los controles en la verja, sobre los bloques de hormigón y sobre si hay o no contrabando. Algo que critica el PSOE.
En 'Al Rojo Vivo', Elena Valenciano ha afirmado que no le gusta "nada" el hecho de que "vengan observadores europeos", porque considera que "nos bastamos con nosotros mismos".
Mientras continúan las colas, el Gobierno advierte. Mantiene en la recámara la tasa de congestión a los vehículos que pasen de la línea de la concepción.