La prioridad del Gobierno no pasa por reformar la Constitución. Mariano Rajoy ha dicho que "no es un asunto para ocurrencias, ni para frivolizar". El Presidente no cierra el debate, pero sí lo enfría y reclama prudencia antes de tocar nada: "Se puede hablar, pero debemos ser prudentes y saber claramente qué es lo que queremos modificar".
Si para Rajoy se puede, para el presidente de la gestora socialista se debe reformar la Carta Magna, pero no solo para contentar a los nacionalistas. Javier Fernández ha dicho que "entre los que plantean cambios radicales o sacralizar la Constitución, lo mejor es reformarla".
Unidos Podemos reclama que se abra ya un proceso de cambio constitucional para defender los derechos sociales, incluido el derecho a decidir en Cataluña y Euskadi. Carolina Bescansa, secretaria de análisis de Podemos, ha afirmado que "las distintas nacionalidades deben expresar cómo quieren articularse y relacionarse en la estructura territorial".
Un derecho que para el líder de Ciudadanos supone dinamitar la Constitución. Rivera pide valentía para modernizarla sin privilegios para ningún territorio: "Nosotros, a diferencia de otros partidos, defendemos la soberanía nacional, la igualdad de todos. No vamos a reformar la Constitución para romperla".
Con menos consenso que en el 78, sostienen desde el PP no debería cambiarse la Constitución. Tampoco los nacionalistas vascos están por la labor si no se aborda el problema territorial. A punto de cumplir los 40, el melón de la reforma de la Constitución sigue sin abrirse.