La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, advirtió en Rabat de que si España opta por sacar a Brahim Ghali de España "con opacidad", de la misma forma que entró, "es optar por el estancamiento y empeoramiento de las relaciones" bilaterales.
En una declaración leída en el ministerio de Exteriores de Rabat y tras reunirse con su ministro, Naser Burita, la embajadora, llamada el martes a consultas a la capital marroquí, no dudó en calificar de "grave crisis" la que atraviesan las relaciones hispano-marroquíes.
Karima Benyaich señaló que lo que suceda con Ghali "es un test para la independencia de la Justicia española, en la que confiamos plenamente", pero también otro test para saber si España "opta por reforzar sus relaciones con Marruecos o prefieren colaborar con sus enemigos".
Para la embajadora, "España ha optado desgraciadamente por la opacidad para actuar a espaldas de Marruecos, acogiendo y protegiendo a este criminal y verdugo poniendo como pretexto las razones humanitarias y ofendiendo así a la dignidad del pueblo marroquí".
Marruecos -añadió- "no busca favores ni complacencia, sino que se respete el espíritu del partenariado y se aplique la ley española" sobre Ghali, acusado de "graves hechos relacionados con crímenes contra la Humanidad, violaciones a los derechos humanos y violaciones a mujeres".
Un día antes, el ministro Naser Burita dijo que la embajadora no volverá a Madrid "mientras dure la crisis y la verdadera causa de la crisis", en referencia tanto al futuro de Brahim Ghali cuando reciba el alta hospitalaria de un hospital de Logroño como a explicaciones por parte española de cómo entró Ghali en territorio español.
La crisis diplomática entre ambos países es la más grave registrada desde 2002, a causa de la invasión del islote de Perejil por fuerzas marroquíes y su posterior desalojo por soldados españoles.