Marta Ferrusola, la esposa del expresident catalán Jordi Pujol, ha negado frecuentes viajes a Andorra entre 1980 y 2014 para gestionar la fortuna oculta de su familia y se ha mostrado orgullosa de sus hijos, de quienes ha dicho que no recibieron ningún trato de favor y que "van con una mano detrás y otra delante".

Ferrusola ha comparecido durante una hora en la comisión del Parlament que investiga su fortuna oculta, en la que ha respondido casi con monosílabos a la oposición, siempre de forma exculpatoria y justificando que el origen del dinero que durante años mantuvieron en el extranjero fue un legado de su suegro.

La esposa del expresidente ha roto el silencio que había mantenido hasta ahora en una sesión en la que ha echado balones fuera, ha salido en defensa de sus hijos y ha lamentado, en medio de un interrogatorio, que "Cataluña no se merece" debates de este tipo.

Ferrusola ha asegurado que los menos de diez viajes que ha hecho a Andorra durante los últimos años han sido para ir a esquiar y para participar en tres ocasiones en actos solidarios de la Fundación Enriqueta Villavecchia, de niños con cáncer, pero no para gestionar la fortuna.

Ferrusola, que ha insistido en que desconocía cómo se gestionó el legado familiar, ha hecho una cerrada defensa de sus hijos y ha destacado que, como madre, se siente "muy orgullosa" de ellos.

"Van con una mano detrás y otra delante", ha dicho Ferrusola, que también ha negado que sus hijos disfruten de un ritmo elevado de vida: "Usted no sabe lo que pasa en casa. Nada de un nivel elevado de vida", ha replicado.

Al ser preguntada por la colección de coches de lujo que tuvo su primogénito Jordi Pujol Ferrusola, ha alegado que algunos de estos vehículos los compró desguazados y después los arregló.