En su comparecencia en la comisión del Parlament que investiga la fortuna que la familia Pujol Ferrusola mantuvo oculta durante años en el extranjero, Marta Pujol ha admitido además que compaginó estos encargos del Gobierno catalán con su labor como arquitecta de los ayuntamientos de Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) y Sant Vicenç de Montalt (Barcelona), donde su plaza tampoco fue objeto de concurso público.

Marta Pujol ha asegurado que en todos los casos en los que ha sido contratada por las administraciones públicas ha hecho todo el trabajo encomendado, por lo que considera que, ahora que se pone en duda su contrato en Sant Vicenç de Montalt, es más una "víctima" que una "beneficiaria".